![]() |
| Marco Tulio Cicerón |
Tomando como parámetro la definición que nos brinda la RAE, podemos decir que la retórica significa "Arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover". No quedan dudas que se trata de un arte, una herramienta. Pero como toda herramienta puede implicar peligros si su uso no es el correcto; o peor aún, si con su uso se pretende hacer el mal. Aristóteles, antiguo filósofo griego, nos deleitaba con su tratado sobre La Retórica o Ars Rethorica desde el siglo IV a.C. Sin embargo, ya desde la Antigua Grecia el uso de la retórica era puesto en tela de juicio: por un lado, los Sofistas y por otro, Sócrates, Platón y Aristóteles, quienes veían a la retórica y a la poesía como instrumentos utilizados en favor de la manipulación del prójimo. Dos tendencias enfrentadas se llevaron la atención de los más ilustres pensadores de aquellos años. Era una preocupación únicamente del más pequeño grupo de intelectuales ilustrados, porque la retórica y la propia oratoria, era cosa de unos pocos. Con la llegada de la República romana, el tema vuelve a colocarse en el centro de la cuestión. El foro, el Senado y los debates hicieron nuevamente de la retórica su uso indispensable. A la luz de su re descubrimiento, le siguen una serie de hombres elocuentes y dotados en el uso de la palabra, como el propio Cicerón, quien llevará el arte de la retórica a sus niveles más altos. Una de las obras que legamos y más clara muestra dan de lo dicho son los textos correspondientes a la Conjuración de Catilina, también conocidas como las Catilinarias. Pero con el paso de los años, la oratoria y la retórica han dejado de pertenecer a un grupo selecto para volcarse a un grupo cada vez más amplio de hombres y mujeres, que han hecho uso de estas herramientas con distintos fines. Y con esta ampliación, también crecen los problemas. Preguntas sobre la moralidad, la ética, el correcto o incorrecto uso de las palabras invaden el día a día. Debemos comprometernos a utilizar este arma de forma responsable, porque como cualquier otro arma, la oratoria en un uso incorrecto o desmedido pueden generar un daño indeseable. Las advertencias del filosofó griego de la Edad Clásica, siguen vigentes, hoy más que nunca...
"Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella", Aristóteles.

Comentarios
Publicar un comentario